Un buen día, Juan apareció en la oficina con una escopeta de repetición USAS del calibre 12 y varios cientos de cartuchos en las bandanas que tenía colgadas de sus hombros.
Juan abrió fuego contra todos los traidores a la especie y los erradicó. Todos lo merecían, porque hacerle bullying a un hombre está mal, y subyugar a tu propia especie está peor. De modo que Juan fue un héroe.
Tiempo después, en cierta oficina, había un gato llamado Luís. Simplemente era Luís. Luego contrataron a un chico nuevo, cuyo nombre también era Luis.
Esa noche todos se hicieron amigos cenando comida china. Nunca nadie volvió a ver a Luís... El gato.
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#1 #1 rudo_ dijo: Un buen día, Juan apareció en la oficina con una escopeta de repetición USAS del calibre 12 y varios cientos de cartuchos en las bandanas que tenía colgadas de sus hombros.
Juan abrió fuego contra todos los traidores a la especie y los erradicó. Todos lo merecían, porque hacerle bullying a un hombre está mal, y subyugar a tu propia especie está peor. De modo que Juan fue un héroe.
Tiempo después, en cierta oficina, había un gato llamado Luís. Simplemente era Luís. Luego contrataron a un chico nuevo, cuyo nombre también era Luis.
Esa noche todos se hicieron amigos cenando comida china. Nunca nadie volvió a ver a Luís... El gato.
La p*ta, qué pedazo de relato.
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Juan abrió fuego contra todos los traidores a la especie y los erradicó. Todos lo merecían, porque hacerle bullying a un hombre está mal, y subyugar a tu propia especie está peor. De modo que Juan fue un héroe.
Tiempo después, en cierta oficina, había un gato llamado Luís. Simplemente era Luís. Luego contrataron a un chico nuevo, cuyo nombre también era Luis.
Esa noche todos se hicieron amigos cenando comida china. Nunca nadie volvió a ver a Luís... El gato.
Juan abrió fuego contra todos los traidores a la especie y los erradicó. Todos lo merecían, porque hacerle bullying a un hombre está mal, y subyugar a tu propia especie está peor. De modo que Juan fue un héroe.
Tiempo después, en cierta oficina, había un gato llamado Luís. Simplemente era Luís. Luego contrataron a un chico nuevo, cuyo nombre también era Luis.
Esa noche todos se hicieron amigos cenando comida china. Nunca nadie volvió a ver a Luís... El gato.
La p*ta, qué pedazo de relato.