La guerra es lo mismo que el capitalismo, el más fuerte (en las guerras) o el más rico (en el capitalismo) es el que gana/vive mejor. Además, por mucho que los líderes de cualquier bando en guerra digan lo que digan, en el fondo la gente de todo el mundo sólo quiere vivir una vida feliz y en paz, con familia y amigos, y alcanzar sus metas personales. Metas que suelen ser humildes - poca gente desea de verdad, yo qué sé, acabar con otro país o dominar el mundo. Sólo los auténticos enfermos de espíritu desear la guerra; la pena es que suelen tener tantos medio y tanto poder de convicción, prometiendo el paraíso a quien les siga, que son capaces de lavarle el cerebro a los muchos pobres desdichados (por azares del destino o hasta por culpables muy concretos) que creen no tener nada que perder.
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#4 #4 der_nibelunge dijo: #1 Además, por mucho que los líderes de cualquier bando en guerra digan lo que digan, en el fondo la gente de todo el mundo sólo quiere vivir una vida feliz y en paz, con familia y amigos, y alcanzar sus metas personales. Metas que suelen ser humildes - poca gente desea de verdad, yo qué sé, acabar con otro país o dominar el mundo. Sólo los auténticos enfermos de espíritu desear la guerra; la pena es que suelen tener tantos medio y tanto poder de convicción, prometiendo el paraíso a quien les siga, que son capaces de lavarle el cerebro a los muchos pobres desdichados (por azares del destino o hasta por culpables muy concretos) que creen no tener nada que perder.No lo digo por ningún grupo, ningún bando ni ninguna guerra en concreto. Estaremos de acuerdo en que es aplicable a la gran mayoría de conflictos bélicos, espero...
La guerra es lo mismo que el capitalismo, el más fuerte (en las guerras) o el más rico (en el capitalismo) es el que gana/vive mejor.
La guerra es lo mismo que el capitalismo, el más fuerte (en las guerras) o el más rico (en el capitalismo) es el que gana/vive mejor. Además, por mucho que los líderes de cualquier bando en guerra digan lo que digan, en el fondo la gente de todo el mundo sólo quiere vivir una vida feliz y en paz, con familia y amigos, y alcanzar sus metas personales. Metas que suelen ser humildes - poca gente desea de verdad, yo qué sé, acabar con otro país o dominar el mundo. Sólo los auténticos enfermos de espíritu desear la guerra; la pena es que suelen tener tantos medio y tanto poder de convicción, prometiendo el paraíso a quien les siga, que son capaces de lavarle el cerebro a los muchos pobres desdichados (por azares del destino o hasta por culpables muy concretos) que creen no tener nada que perder.
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Sin exepcion
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